lunes, 30 de septiembre de 2013

Escupefuegos.

Escupiendo fuego con cuidado de no quemar a nadie que le pase al lado. Mirando y buscando manos que salgan de las ventanas.
Al día siguiente, convulsionándose en la esquina, tirado.
Los ojos más rojos por el diésel que por falta de sueño. Parecería que el diésel entra en sus ojos y hace estallar sus venas. Mi miedo a quedarme ciego se va cuando veo a gente como él.